Cada cierto tiempo tengo algún cliente que me viene con la pregunta: “¿Y por cuánto saldría la casa si se hiciera prefabricada? He oído que son más baratas”. Y creo que es importante que se haga un artículo sobre esto. Vamos a enumerar grosso modo los puntos en los que destaca cada una de este tipo de construcción y cuando escogerla.
Arquitectura tradicional
- Existen más constructores que la realizan por lo que la oferta es alta y por tanto se pueden exigir distintos precios más ajustados.
- Variedad de materiales para los acabados casi ilimitada.
- Sistema tradicional más que testeado. Si quieres un sistema que sabes que va a funcionar, escoge aquel que más se ha hecho.
- Estructuras de distintos estilos por lo que se puede escoger. Hormigón, acero, madera… no es sólo un tipo de obra.
- Facilidad en la realización de cualquier forma en la construcción.
- Mayor adaptabilidad a cualquier parcela. Sirve para cualquier tipo de parcela gracias a su versatilidad.
- Se puede escoger el sistema constructivo que más convenga en cada situación.
Arquitectura prefabricada
- Mismos acabados que la construcción tradicional. No se nota que tipo de construcción se utiliza ya que se reviste completamente.
- Más económica: al ser prefabricada el montaje es más rápido, lo que supone menos costes. La estructura puede consumir más de un 50% con obra tradicional.
- Mayor rapidez de ejecución: puedes tener tu vivienda en un plazo de 3 a 4 meses desde que se empieza a construir frente a un año que suele tardar en obra tradicional.
- Sistema con éxito: durante 2016 la edificación prefabricada aumentó un 30% en España.
- Mismas garantías que con la construcción tradicional. Algunas empresas incluso garantizan más años que la tradicional.
- Gracias a las calidades y el acondicionamiento de estas casas también podrás ahorrar dinero en tu calefacción.
- Se optimiza el uso de los materiales y la energía por lo que se minimizan los residuos y son menos perjudiciales para el medio ambiente.
- Mejor calidad de los materiales, así como más variedad.
- Mayor facilidad para ampliaciones posteriores.
También es importante apuntar que he visto muchas páginas web de constructoras que ponen sus ofertas de “Vivienda a 15.000 euros” y pueden resultar muy engañosas. Siempre van acompañadas de un ejército de asteriscos con “Y esto va aparte”. Personalmente me parecen nocivas porque introducen un concepto de que la vivienda no vale nada y es completamente erróneo. Seamos realistas: una vivienda es un proyecto de futuro, no algo tan insignificante. Cuando se empiezan a mirar los gastos adicionales (que suelen ser incluir un técnico, la elaboración de un proyecto y que no van incluidas ni las instalaciones, el forjado sanitario, el terreno y los trámites del ayuntamiento) se nos puede duplicar o triplicar el precio inicial.
Estos son los puntos que creo más importantes. En caso de duda, como siempre, consultar a un experto. ¡Nos vemos en la próxima!